Por el Profesor Armóndiga
Muy buenas, mis queridos alumnos. Aquí me tenéis de nuevo para descubriros todos los secretos del pádel. Ante todo, disculpad mi ausencia durante estas últimas semanas. He estado muy ocupado de aquí para allá con mis alumnos del extranjero. Rafa me necesitaba en Montecarlo y ahí está el resultado. Lo he sacado de su profunda sequía de resultados y ha vuelto a sacar su garra de campeón. Me lo llevé una noche de copas por el barrio chino de la capital monegasca y pudo superar así su depresión. Luego le enseñé un par de trucos en la pista y a jugar con resaca. Después tuve que marchar a Estados Unidos con Novak para darle unas clases de baile para celebrar los puntos en la pista y para hacer muecas al juez árbitro, que últimamente mi alumno serbio se estaba poniendo muy serio y muy soberbio. Y finalmente estuve con Pocholo, que aunque no juega al tenis ni nada parecido, monta unas fiestas que son todo un grand slam.
Bueno, pues de nuevo aquí para daros la segunda clase. Después de la primera, el saque, viene
LA RECEPCIÓN o lo que es lo mismo, DEVOLVER.
Debéis de ser conscientes antes de empezar que la recepción no es la de un hotel y que devolver no tiene nada que ver con lo que hacéis algunos de vosotros después de las copas que siguen a las comidas de después de los partidos de pádel. No. Que todo hay que explicároslo.
Cuando hablo de la recepción, queridos alumnos, me refiero a recibir, y no seáis malpensados, pues me refiero a recibir bolas, pero no sigáis siendo malpensados. Bolas de pádel.
¿Cómo colocarnos para recibir? Aunque Jaime Estévez os diga que la mejor forma de colocarnos es un par de buenos pelotazos de Ron Abuelo, no le hagáis caso. Para colocarnos hay que situarse en la pista. He visto a muchos jugadores tratar de devolver una bola en el saque desde fuera de la pista o incluso desde casa porque se han quedado dormidos y aún no han llegado al partido. Así es muy difícil devolver una bola. No llegas.
Primer paso: desde el fondo de la pista, coger la pala fuertemente con una o dos o tres manos. Mirar fijamente la trayectoria que sigue la bola y enfrentarse a ella como si fuésemos a golpear con la pala al profesor de Física que nos dejó para Septiembre el muy c... En el instante mismo en el que la constelación de Orión se alinea con el Ford Sierra que está aparcado en la acera de enfrente (de esto saben mucho algunos jugadores del equipo), hacer un movimiento en forma de garza o pelícano e impactar contra la bola de forma que ésta vuelva al campo contrario. Esto último es muy importante, pues si golpeamos la bola hacia detrás, o se va al césped y ya la podemos dar por perdida debido a los 'cazabolas' del club que habitan como topos bajo la tierra o se va al aparcamiento y allí corremos el riesgo de que un socio nos cuente la batalla de Lepanto antes de devolvernos gentilmente la bola.
Segundo paso: al mismo tiempo que golpeamos la bola, damos un paso adelante para tratar de ganar la posición en la red, y al mismo tiempo tres pasos atrás con cuidado de no estamparnos contra la pared. Este movimiento es fundamental, porque el contrario no sabrá si subimos o nos quedamos atrás, se hará un lío existencial y probablemente caerá sumido en el desconcierto hasta el punto de querer abandonar el partido y tal vez la vida misma. Lo resumo: devolvemos la bola, damos un paso adelante y tres para atrás. Efectivo al máximo, os lo aseguro.
Si te sitúas en el campo de tu compañero será más difícil que puedas devolver la bola cuando te sacan. Este jugador se ha dado una carrera pero no ha llegado a tiempo. Hay que estar en lo que hay que estar, señores.
Y ahora, los trucos y las trampas, que todo hay que decirlo. Un truco muy interesante a la hora de la recepción es encontrar a un jugador que la devuelva por nosotros. Sí. Devolver el saque es un soberano plomazo. Tienes que estar pendiente de a dónde va la bola, de cómo rebota en la pared si golpea en ella o si lleva efecto porque hay algunos jugadores muy graciosos que cortan la bola al sacar. Lo mejor en estos casos es contar con la ayuda del compañero que está al otro lado de nuestra pista y pedirle que sea él quien devuelva la bola. Hay que hacerlo con la cautela suficiente para que los rivales no se den cuenta de ello, pero si sale bien tendremos un partido mucho más cómodo.
Ahora una pequeña trampa que no me resisto a contaros. Si queréis devolver la bola porque no os gusta veros suplantados por vuestro compañero, os recomiendo que lo hagáis con una raqueta de tenis. La escondéis con disimulo en el rincón de vuestra pista y en el momento en el que vais a recibir la bola del contrario, cambiais la pala de pádel por la raqueta de tenis. Os aseguro que el resto es mucho más fácil de devolver y que el rival se verá sorprendido por la fuerza del golpeo. Eso sí, debéis ser muy rápidos a la hora de dar el cambiazo a la pala por la raqueta. Practicad un poco antes de hacerlo, como si estuviéseis dando el cambiazo a un examen en la facultad. ¿A que os suena? Pues adelante.
Pero, ante todo, el mejor consejo que os puedo dar en esta clase sobre cómo devolver las bolas en el pádel es muy sencillo: vais a la tienda donde las habéis comprado, miráis fijamente al vendedor/a y le decís sin titubear: "Vengo a devolver estas bolas que están pinchadas". Si lo hacéis plenamente convencidos, os devolverán el dinero u os las cambiarán. En esos momentos se ve a los grandes jugadores de pádel.
Bien. Creo que con estos consejos será suficiente de momento para afrontar con garantías un saque del contrario.
No olvidéis nunca mi lema:
"No por mucho madrugar vas a llegar antes a la bola".
Hasta la próxima.
Devolver la bola es lo más sencillo del mundo. Vas a la tienda y ya está.
No olvides el ticket de compra.