Pues sí, queridos amigos, aunque algunos nos dieran ya por acabados, entre ellos el casero de Blogger y Google que pensaban que habíamos muerto, aquí estamos una temporada más.
Después de un año muy complicado, con debates internos, gestoras, tratamientos de varices y, en general, grandes pájaras, aquí estamos de nuevo, nunca mejor dicho, cual ave Fénix que renace de sus cenizas y de sus cenizos, para volver a deleitar a la comunidad padelística internacional, que ha vivido todos estos meses pendientes de nuestra supervivencia.
No ha sido fácil el camino seguido hasta aquí. Hemos tenido que superar numerosas tentaciones. Las ofertas por la franquicia de los Men in Blue han sido constantes en los últimos meses. Silvio Berlusconi, por ejemplo, llegó a ofrecer una mareante cantidad por poner nuestro nombre a uno de sus locales para señoritas. Recibimos igualmente una oferta de Nivea para su gama de productos para ciervos y alces 'Men in blue'. De la misma forma, una casa de viajes de incentivos de Rumanía especializada en el sector de las funerarias nos tiró los tejos.
Pero no. No hemos sucumbido ante los cantos de sirena, ni siquiera los de la Policía cuando ha venido a nuestros terceros tiempos, y hemos optado por seguir en las Series Nacionales de Pádel, en cuarta categoría, para seguir demostrando al mundo todo aquello de lo que un men in blue es capaz en la vida. Nuestra filosofía, plenamente vigente, que consiste en hacer del pádel un motivo para estar con los amigos y disfrutar de la existencia. Esta última frase, que es una absoluta estupidez, se la hemos copiado por la cara a Paulo Coelho de una de sus novelas, 'El limpiaparabrisas constante', o algo así.
Y para regresar a la senda de la competición, este año hemos incorporado a varios nuevos jugadores, todos ellos de contrastada valía, pues proceden de la Academia de Pádel Hernán Flores, con sede en Puerto Sherry, con la que hemos firmado un acuerdo de colaboración para el intercambio de Cruzcampo: él nos la pone de quinto y nosotros la devolvemos de barril.
El propio Hernán se ha incorporado al equipo, merced a una promesa que ha realizado a un santo de Buenos Aires con el que tiene alguna cuenta pendiente. Una penitencia que le mantendrá enchufado a los Men in Blue y de paso aprender algo de este deporte gracias a las enseñanzas de nuestros jugadores. Así comienza una prometedora temporada en la que les recomendamos que permanezcan atentos a este blog, como de costumbre, a ser posible con palomitas y una copa de Wolny, nuestro patrocinador.
(Por cierto, el dibujo del ave Fénix que aparece al comienzo de esta entrada no tiene nada que ver con Wolny. Tampoco con Félix, del Club las Redes).
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