EL TIEMPO


miércoles, 23 de septiembre de 2015

PACHANGA ALEMANA

Los Men in Blue ya han comenzado la pretemporada de cara a la preparación de las próximas competiciones. Y como todo el mundo sabe, las pachangas temáticas son una de las mejores formas de volver a coger la forma, valga la reformancia.
El pasado sábado 19 de septiembre, con motivo de la inauguración del Oktoberfest de Munich, uno de los eventos preferidos de los MIB, se celebró en las instalaciones del Club Las Redes una Pachanga Alemana, que a su vez sirvió de aperitivo para el Oktoberfest que se celebrará allí el próximo 3 de octubre.

Los jugadores que dirige Herr Javi Fernández acudieron totalmente mimetizados y mentalizados para la ocasión y la decoración de las pistas mostró detalles bávaros, con banderas de esta región, niños en las gradas vestidos con los trajes típicos, música tradicional con aires tiroleses... Los partidos, por sorteo, se disputaron con bolas cuadradas.

La pachanga contó con la presencia de destacados miembros del plantel azulino, entre los que destacó Josemi, que regresa a las canchas después de la grave lesión sufrida el pasado diciembre en Xtreme Padel y que le ha tenido apartado de las competiciones; no así de las barras de los bares, de las que no se ha separado un solo momento. En esta ocasión, como suele ser habitual en las pachangas temáticas, contamos con la presencia de Coco, amigo de Pipe, que a su vez es amigo de Tomy, que conoce a Tote. Ni que decir que Coco quedó impresionado con la puesta en escena de los MIB y sobre todo con su enorme compenetración más allá de las pistas, es decir, en las duchas y en el tercer tiempo, donde sincronizan a la perfección los movimientos de las articulaciones de los brazos ante un buen vaso de cerveza.

No faltó el líquido elemento, por supuesto, al término de los partidos. La cerveza llegó hasta Las Redes en grandes barriles arrastrados por caballos percherones que tiraban de carros atestados de guapas señoritas que coreaban los nombres de nuestros jugadores. De esta forma tan bucólica y pastoril se daba por empezada una nueva temporada del equipo. Una degustación de productos típicos de la gastronomía bávara sirvió para acompañar la ingesta de cerveza, que continuó, como no podía ser de otra forma, en la barra del chiringuito del Club, donde Fernando y Mariano, ataviados con trajes típicos regionales, continuaron desparramando la cerveza por doquier.

Al término de la fiesta, sobre las tres de la madrugada, Josemi evaluaba para nuestro blog el desarrollo de esta primera jornada de convivencia: "...der caraho... der caraho... Mariano, porme otra". Javi, sin embargo, le corregía: "No, no, no. Pon dos, que sean dos".

La Pachanga Alemana, primera de una serie de sesiones temáticas previstas este año, fue un rotundo éxito, como atestiguan las siguientes imágenes:


Pipe y Coco (no confundir con Triqui y Coco de Barrio Sésamo) brindan con las primeras cervezas tras los partidos de la Pachanga Alemana.


Tote, en pijama todavía, en el momento de llegar a las pistas y ver parte del material. Pipe, brazos en jarras, piensa: "Bueno, haremos un esfuerzo".


                                     
Tomi saborea una cerveza a toda prisa antes de que por la espalda llegue el alto mando y ordene parar. Javi, por si acaso, le cubre. Nótese al fondo a Josemi bebiendo agua de la fuente, lo que le valió un 'warning' del árbitro de silla, fiel cumplidor del reglamento de los MIB.


Jugadores formando bajo las banderas de Baviera y Alemania, en el momento de escuchar los himnos, como el "Ein Prosit!", que se saben de carrerilla. Tote y Rafa no aparecen porque estaban preparando las viandas.


En esta imagen, nueva formación, ahora con Rafa (vestido de El Papi) en lugar de Tomy. Tote sigue sin aparecer en la foto porque se quedó comiéndose las viandas una vez cortadas.


Primer plano de la comida (pretzels, kartoffelsalat y embutidos varios alemanes) con Pipe al fondo preguntando "¿Se puede comer ya?" Es lo que tiene desayunar un sábado a las siete de la mañana.


Miguel Ángel, junto a la pista, pide formalmente permiso a Josemi para poder unirse al grupo, a lo que el veterano jugador azulino responde enviándole un whatsapp de asentimiento.


Algunos de los productos típicos degustados en la pachanga: pequeños pretzel y zarzcichone enano, que en alemán se dicen chorizhäusen. 


Impresionante aspecto el del bodegón improvisado sobre las gradas, en este caso con todo el ajuar llevado por los MIB, con servilletas y todo. En alemán se dicen "limpiapringuën".


Regli celebraba su cumpleaños ese día y los Men in Blue, que tanto le deben, le dieron una sorpresa invitándola a sumarse la fiesta. Este es el momento de su llegada, muy tierno y emocionante, pues nos recordó que no le habíamos pagado las pistas.


Regli es felicitada por Tote, que le prometió un castillo hinchable para la ocasión, y por Pipe. A la izquierda Tomy espera el momento de hacerle entrega de un detalle. 


Y no podía ser menos que una de las espectaculares cervezas que probamos ese día, elaboradas en una destilería clandestina de Baden Wittemberg. Su lata personalizada llevaba impresa esta inscripción con todo el cariño del equipo: "Gracias, Regli, por todo tu apoyo a los MIB en los buenos y malos momentos, en los que nos has ayudado dando ejemplo de profesionalidad y amor por unos colores, como las grandes personas que destacan en todos los aspectos de la vida, como también lo hacen los seguros de vida Meridiano, empresa fundada en 1956, que este mes te obsequia con un reloj despertador si contratas un seguro de hogar o de motocicleta y prometes que no te vas a morir por lo menos en cincuenta años".


Minutos después de leer la sentida dedicatoria, Regli pudo por fin brindar con los jugadores de la Pachanga Alemana, algunos de los cuales sólo muestran el brazo por vergüenza.


Nueva imagen del agasajo a Regli en la que todos visten de azul, con los colores del equipo, excepto el que siempre tiene que dar la nota, vestido de rojo.


Improvisada mesa sobre una nevera en la que, siguiendo el método "cuchará y paso atrás", en este caso "tenedor y paso atrás", probamos las patatas y unos embutidos que según algunos maledicentes recordaban al Dog Chow. Será porque lo han probado...


Tote trata de introducir un billete de 20 euros en la lata de Josemi, al que se le erizan los pelos sólo de pensarlo. Se trató de un soborno para hacer posible la foto de abajo, que le da prestigio a Tote.


Exaltación de la amistad entre Josemi, Tote, Pipe y Javi. Una foto que no tiene precio. Bueno sí, 20 euritos. Entre tantas emociones, ¿qué es lo que faltaba para que el día fuese completo?


¡La llegada de Chumi Chumito! El jugador no azulino se encontraba por los alrededores y escuchó unos sonidos guturales propios de los efectos de la continuada ingesta de cerveza, por lo que decidió acercarse, movido por la curiosidad.



Naturalmente, fue invitado cortésmente a sumarse a la fiesta como uno más. Obsérvese cómo Tomy ya ha hecho las maletas para regresar a la base nodriza después de varios avisos.


Pero el 'recreo' para Chumi sólo duró unos minutos. Fue invitado cortésmente a marcharse y tuvo que regresar a la sala de televisión donde se tragó varios partidos de pádel para seguir su progresión como jugador que aspira a ser, algún día, un Men in Blue.

Finalizada la Pachanga Alemana y el posterior tercer tiempo, nuestro capitán volvió a dar ejemplo de sacrificio alargando la jornada con un cuarto tiempo en el chiringuito, donde dio muestras de amor a los colores besando repetidamente el escudo del equipo hasta que desapareció la pringue de los embutidos alemanes.


Mientras sucedía todo esto, muy lejos de allí, dos jugadores traidores iban a lo suyo...


Miguel Ángel no estuvo en la Pachanga Alemana porque se ha pasado ¡al senderismo!, un deporte cuya práctica implica la inmediata expulsión de los Men in Blue. En esta imagen tomada el sábado se le puede ver llegando a las cumbres peruanas, donde se dio cita con el grupo terrorista Sendero Luminoso.

Y Jaime, a quien ya le pesan los años, se fue a un viaje del Imserso en Torremolinos en el que pudo conocer a gente de su edad y disfrutar de un día tranquilo en el que cambió las palas por los palos de los espetos. "Póngame tres docenitas", le dijo al camarero.



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