EL TIEMPO


jueves, 18 de enero de 2018

A TOMAR VIENTO FRESCO

Los dueños de este blog me contrataron hace unas semanas porque el anterior redactor escribía muchas pamplinas, no iba a ver los partidos y se inventaba las cosas. "Wenceslao", me dijeron, " tú cuenta todo lo que veas, escribe sin cortarte un pelo, sé objetivo y no te dejes llevar por la pasión por unos colores". Y eso es lo que voy a hacer en ésta mi primera crónica de la segunda fase de la temporada, en la que los Men in Blue militan en 5ª División de las SNP después de un más que merecido descenso, ganado a pulso día tras día.

Calamidad. Esa es la palabra que define esta nueva etapa. Gran mamarracho si lo queremos decir en dos palabras. Un enorme despropósito, en tres. Y una puñetera vergüenza, en cuatro palabras. No se puede decir más claro. O se ponen las pilas o estos tipos acaban no ya en 7ª división o en 18ª división, no. Acaban en la cárcel directamente. Porque en algunos partidos que he podido ver las dos últimas semanas habría que haber llamado a la fuerza pública por un delito de escándalo público.

Vayamos por partes. Partido contra La Barrosa en Las Salinas. 13 de enero. Ilusiones renovadas y todas esas cosas que se dicen. Pues menos mal, porque el resultado fue de 3-9 a favor de los chiclaneros. La única victoria local, la de la pareja compuesta por Josemi y Jaime. El resto, pa echarlos. No hay excusas. "Es que yo anoche no pude dormir..." Pues no haberte zampado un buey y medio y bebido la cosecha de La Rioja de dos años seguidos. "Es que me dolía un pie..." Pues no andes descalzo de madrugada. "Es que ellos tuvieron cuatro cintas..." ¿Cintas de qué? ¿De Carnaval? "Es que el árbitro nos robó una bola..." Anda, anda, que parecían Cristiano Ronaldo cuando se le acaba la crema del cutis.

Padelísticamente, poco o nada que contar de este primer encuentro en 5ª, que fue para olvidar. Tanto, que inmediatamente los Men in Blue se fueron al bar de Jesús en Las Salinas y empezaron a celebrar los tres puntos conseguidos como si hubiesen ganado el World Padel Tour y se pusieron a preparar el enfrentamiento que sólo 24 horas después les llevaría hasta Tarifa. Pero nada de correcciones tácticas, sesiones de psicología o de fisio. ¿Para qué? Lo que importaba en ese momento era: "¿Cómo nos vamos? Porque yo no conduzco, que con las copas... ¿Llevamos algo para el camino? Yo conozco una venta donde parar de aquí a Tarifa y donde ponen unas tostadas... ¿Dónde vamos a almorzar? ¿Y las copas de después?" Conversaciones que no hacían presagiar nada bueno.

Nueve de la mañana (bueno, algo más) en Las Salinas, punto de salida dominical hacia la ciudad del viento. Mañana fea de cojones con lluvia y viento, el día ideal para quedarse en casita. Uno de los conductores, Tote, decide ir a echar gasolina a una estación de servicio low-cost que está tan lejos que el ahorro en gasolina se lo pule con ir hasta allí. Otra muestra más del elevado cociente intelectual de este equipo del que dicen es una cantera de grandes jugadores. Ya. Y de Premios Nobel... En otro coche va Mati de conductor, todo un desafío a las leyes de la gravedad. Mati se pasa la venta donde desayunamos. Lo raro habría sido que la hubiese encontrado a la primera. Eso estaba en el guión desde el principio. Que Mati se perdía en un 'serro'.

Venta Manolo, pasado el cruce de La Barca de Vejer. Grandes tostadas tamaño brontosaurio que los Men in Blue enfoscan (esa es la palabra, no untan) con grandes paladas de manteca colorá casera con grandes tropezones de lomo. Algunos repiten y repiten. Son las diez y el cuerpo ya está para el arrastre, con lo que queda aún por delante. Los jugadores salen de la venta rodando como albóndigas de grasa pero, eso sí, muy felices. A ello ayuda un misterioso frasco con brandy que aparece en uno de los vehículos como por arte de magia. Los conductores, por fortuna aún queda algo de sensatez en estos individuos, declinan la invitación con lagrimones en la cara.

Llegada a las 11 a nuestro destino y la primera noticia es que una de las tres pistas cubiertas del Polideportivo Municipal  de Tarifa está inutilizada por goteras. Veinte cubos sobre la moqueta para recoger el agua del techo lo evidencian. Jugamos en dos pistas, aunque dio casi lo mismo porque los jugadores portuenses fueron pasando por ellas con gran rapidez, algunos sin ocultar que lo que estaban deseando era ir a almorzar en un local cercano. El resultado del encuentro ya se lo pueden imaginar, el peor posible matemáticamente hablando. En ninguno de los partidos estuvieron cerca los Men in Blue de llevarse siquiera un set. Es más, alguna pareja celebró salir del frío pabellón tarifeño sin un rosco en el bolsillo. Mañana negra, por el cielo y por resultado, para este equipo antaño temible. Se puede afirmar sin ningún tipo de dudas que los Men in Blue se fueron a tomar viento fresco en Tarifa.

Ahora bien, como decía antes, no vi ni una lágrima ni un lamento, sino todo lo contrario. A partir de ahí lo que presencié fue un festival de risas, juerga y bromas de todo tipo que no había visto en mi vida. A esta gente le da igual el pádel, sí, lo tengo que escribir como lo siento. Van a pasárselo bien y son inmunes a los resultados y tienen tan poca vergüenza que les da igual cómo queden en las pistas. "Es la filosofía blue, la que va a triunfar en el siglo XXI en todo el mundo, tomarse las cosas con buen humor", me explicaba al final de la jornada el capitán Javi. Lo hacía en la sobremesa del magnífico almuerzo que degustaron los Men in Blue en el restaurante El Ancla, de Tarifa, que es una Peña del Athletic del Bilbao, un club que también tiene una filosofía muy particular y un buen talante para asumir los resultados que vengan. Las sobremesas con los Men in Blue, debo admitirlo, no se sabe nunca cuándo acaban, de ahí que casi de noche emprendimos viaje de vuelta a El Puerto, eso sí, despacito, con prudencia, y parando de vez en cuando en algunas de las ventas y establecimientos que pueblan esta maravillosa provincia.

Aún quedan un par de partidos más en la categoría antes de los play off y los Men in Blue ya piensan en el próximo partido. Concretamente en qué guiso le van a pedir a Jesús que prepare para después de los encuentros.

Y ahora, algunas de las fotografías de los partidos con La Barrosa y con Tarifa. Con cariño, Wenceslao.


Tracatrá.

Pufff...

Aaaagh...

Tras la derrota, nuestro capitán convocó de urgencia a los jugadores en el bar de Las Cubiertas. Había que tomar medidas y vaya sí se tomaron. Se tomaron cervezas, queremos decir.

"A mí no mirarme, que yo he ganado mi partido, ¿ehn?", repetía una y otra vez Jaime, sacando más pecho que Pamela Anderson.

Josemi, a pesar de haber ganado, estaba circunspecto. El motivo, que no recordaba dónde había dejado el coche la noche anterior. A su lado, Eduardo, también circunspecto pero por morder el hueso de una aceituna.

Eduardo felicita a Luis en presencia de Miguel Ángel porque el reciente fichaje ha prometido chalecos de Torrot para todo el equipo "porque estamos como motos". 


Manolo, también fichaje reciente, mostró su bisoñez colándose con unas botellas de agua que ahí siguen... Ahora se explican muchas cosas.


Tarifa (partidos)


Jugadores de los Men in Blue viendo el paso de las aves migratorias por el interior del pabellón de Tarifa. Los pájaros acceden con facilidad a las pistas a través de los agujeros del techo.

Una pala último modelo fabricada con fibra de carbono como las tablas de kite surf, que se utiliza para los charcos que hay en el pabellón.

Una de las pistas del pabellón. Lo que hay en el suelo no son los conos que usa el monitor de Tarifa, sino cubos para las goteras. Dos chaparrones más y ya tienen los tarifeños una nueva piscina municipal.

Aspecto general del pabellón en el que se pueden observar, en el techo, los esqueletos del fuselaje del avión A-323 que han diseñado Edu y Luis en Carbures.


Tras inspeccionar las pistas, Javi y Miguel Ángel decidieron tomar medidas drásticas. El primero agarrando una botella y el segundo agarrándose a las pistas.

Vaya tela.

Ojú.

¿Pareja número 1? 

Mati se lo huele...

Uuuuuyyyyyy... Por poco.

Josemi, que no tuvo su día en Tarifa, dijo no conocer de nada "a ese señor del chándal". Tanto es así que al final no se volvió con Juan Carlos como tenía previsto. 


Nuestro agradecimiento siempre a los equipos de pádel de La Barrosa y a Tarifa por su deportividad, con nuestros mejores deseos para el resto del campeonato. También al personal de Venta Manolo y El Ancla, que nos soportaron pacientemente y nos dieron de comer de maravilla. Y, por supuesto, a Jesús y su equipo de Las Cubiertas por atendernos siempre de maravilla. El día que ganemos un partido... el día que ganemos un partido... el día que ganemos un partido... que se preparen. ;)

Nota importante: Los pájaros que entran en las pistas de Tarifa no sufrieron ningún bolazo durante los partidos por parte de nuestros jugadores, entre otras cosas porque no fueron capaces de levantar una bola.

PRÓXIMA ENTRADA: TARIFA, VIAJE Y TERCER TIEMPO




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