Parte médico del Dr. Menisco, de la
Clínica del Sagrado Esguince, sobre el estado del paciente Javier
Fernández Díaz, a 7 de abril de 2013:
“Qué pedazo de piba está pasando
por debajo de la consulta, me cago en la mar. Ah, no, que así no se
empieza un parte médico. Comienzo de nuevo.
Ante mí comparece el paciente Javier
Fernández, deportista de élite, padelista profesional que llega
procedente del Club de La Jara (Sanlúcar) y, empleando una jerga
científica, se podría decir que se le ve bastante jodido.
Practico primer examen ocular con unos
anteojos porque el paciente está lejos aún, anda despacio y tarda en llegar hasta mi
consulta. Ya en la camilla, paso a meterle mano. ¡Bisturí!
La enfermera me
interrumpe y me hace ver que primero debería examinar al paciente.
¿De qué? ¿De Matemáticas? ¿De Física?
Estado general: bueno. Dos ojos. Dos
orejas. Dos brazos. Dos piernas. Dos... esos.
Le pregunto al paciente qué le pasa y
me responde que no puede hablar porque está comiendo papas fritas y
tiene la boca llena.
Paso a realizar examen con tocamientos,
palpando en la zona dolorida, sin recordar que llevo un cigarro entre
los dedos, con lo que, sin querer, le quemo una oreja al paciente,
que no se queja y sigue comiendo papas fritas.
Tomo el libro de Anatomía de los
Teletubbies y paso a abrir la página dedicada a la clavícula, parte
afectada del paciente que no logro encontrar. De hecho, hasta hoy creía que la clavícula era un instrumento musical del siglo XVIII. Con la ayuda de mi
viejo juego infantil Médicolandia, de Geyper, encuentro el hueso,
que parece escoñado (usando otro término científico).
Aplico una primera cura de urgencia en
la zona dañada a base de alcohol procedente de Ron Abuelo de
estraperlo y sin querer se prende el líquido, inflamable, con el
cigarro que yo llevaba en la otra mano.
El paciente se queja
incomprensiblemente por la combustión, aunque momentos después (¡milagro!) ya
no le duele la clavícula. Ahora tiene mucho más dolorida la zona quemada.
Paso, por tanto, a hacer nueva cura de
urgencia, esta vez untando con crema la piel objeto del accidente. Me
confundo y le unto grasa de mecánico y, sin querer, ésta se prende
con la ceniza del puro que había dejado un paciente anterior en la
consulta. Empleo extintor para apagar el incendio que se ha declarado
en la consulta, pero me equivoco de botella y lo trato de apagar con
una de ginebra que no sé qué coño hacía por allí. La consulta sale ardiendo y también el bloque de al
lado, en el que había una fábrica ilegal de fuegos de artificio.
El resultado es que el paciente Javier
Fernández y el médico que esto escribe se encuentran en unidad
hospitalaria a la espera de atención facultativa como consecuencia
de las heridas sufridas durante un partido de pádel en Sanlúcar.
Tratamiento: recomiendo al paciente Sr.
Fernández reposo y paciencia. Pero, sobre todo, que no fume porque, como se ha visto, el
tabaco es muy malo”.
Fdo.: Gonzalo Fernández de Córdova
'Dr. Menisco'. Colegiado Nº 1313
Con los mejores deseos de todos los jugadores del Equipo de Pádel de Las Redes para una pronta recuperación de nuestro capitán Javi Fernández. ¡Ánimo, Javi!
Joder despues de leer esto, ¡¡¡¡Que bien estoy de las rodillas!!!!
ResponderEliminarAnimo Capi!!!, no hay nada que no curen dos cervezas fresquitas.
Gracias Antonio, cuanta razón tienes, precisamente ese es el tratamiento...dos cervecitas antes de comer, dos comiendo y para la cena igual.
EliminarXcierto que has dicho? "Que bien estás de rodillas? a quien tienes delante?... jajaja